
La torpeza política del gobierno de Cristina Fernández fue generalizar las medidas a todos los sectores sin diferenciar sectorial y regionalmente los impuestos e incentivos.
Es una ficción creer que la Sociedad Rural y la CRA, de los Grobocopatel, los Fortabat, los Cargill y Bunge y Born, los pool sojeros y las grades comercializadoras, el pequeño chacarero saldrá favorecido. La Federación Agraria debe romper con los grandes capitalistas y terratenientes.
Para facilitar el fortalecimiento de las economías regionales diversificadas y la pequeña propiedad hace falta tomar medidas básicas como la diferenciación de impuestos según región, tamaño y sector agrícola. Control estatal de los precios y la producción de insumos básicos para impedir la suba de precios que imponen las grandes firmas de agroquímicos y fertilizantes, precios sostén para asegurar rentabilidad mínima al pequeño productor. Promoción a la formación de cooperativas agrícolas para multiplicar la productividad, y otras medidas de fomento, aseguradas con fondos provenientes de las retenciones.
Esto es indispensable políticamente para ganar base social de cualquier proyecto popular que enfrente a la burguesía terrateniente.