Se podría empezar esta nota diciendo: Ya lo dijo Foucault... pero eso no explicaría nada.
Criminalización, esa es la palabra clave. Por qué, porque desde hace al menos 40 años la tendencia global de los Estados Nacionales es el desarrollo y perfeccionamiento de una psicopolítica del terrorismo. Pocos son los bemoles entre unos lugares y otros. Lo cierto es que la lógica del enemigo interno o enemigo externo, que atenta contra los intereses nacionales y el espíritu moral del país, se nos filtró hasta el tuétano. Y por supuesto, con esta lógica se promovió el deslizamiento harto padecido por todos los militantes del campo popular, con la que (en Argentina) históricamente se reprime y "justifica" toda vulneración de los derechos que ellos mismos redactaron en su Carta Magna desde 1994. El que se opone al poder hegemónico es un comunista-guerrillero-montonero-piquetero-terrorista = criminal.
Criminalización de la protesta, criminalización de la pobreza, criminalización de la circulación de informaciónes (políticas, artisticas, del conocimiento en todas sus formas), implantación de la ley S.O.PA. (aún antes de sancionarse). La sociedad de control llevada hasta el extremo que la tecnología nos permita. Cámaras en las esquinas, en los edificios, en las autopistas, utilización de información extraida de redes sociales para "abrir" o "sustentar" pseudo causas judiciales. Sistemas de tarjetas únicas para utilización del transporte público, Sistema Federal de Identificación Biométrica (SIBIOS), podría decirse que tenían razón: la globalización nos iguala. Nosotros, el tercer mundo estamos como EE.UU, o la añorada Europa: como el carajo.
La política es una cancha compleja, también es esa micropolpítica de la que Foucault nos hablaba... también lo es. Y no está desligada de lo más estructural, de la lógica de terrorismo mundial; el verdadero terrorismo implantado por el modelo económico y social de esclavismo, exterminio y depredación de los recursos naturales y humanos que se conoce como capitalismo. Y no solo eso, sino que tenemos que entender que la agenda política tiene esta lógica, que lo que los Estados hagan en materia de administración de la vida civil: transporte, educación, información, medios de comunicación, salud, trabajo; es crucial y no son hechos aislados, inconexos, anodinos. Hace varios años que sabemos que lo que pasa en China repercute en el culo del mundo (nocostros) también... pero no terminamos de entenderlo. Estro no es algo económico, esto es control social. Así es como se produce, consolida, naturaliza y reproduce el sistema mundial.
Nuestro continente, tiene su tradición de lucha, tiene su tradición de cultura y de formas de pensar la realidad: construye y construyó contrahegemonía desde que el mundo es mundo (capitalismo puro y duro). Por eso siempre necesitaron que fueramos el patio de atras, la fábrica de mano de obra esclava, de putas, de conejillos de india para experimentos biológicos... Somos peligrosos, si. Somos todos terroristas. Es verdad. Atentamos contra el orden establecido y lo hacemos históricamente. Hay convicción y no resistimos: luchamos. Somos peligrosisimos... Y al que se atreva a seguir sosteniendo que la violencia es extríseca al orden natural de las cosas, que la lucha de clases paso de moda, que el cambio social (o el sostenimiento de las sociedades tal y como están) no son actos violentos, que los violentos somos nosotros, los catalogados como terroristas: les dedico la sonrisa de "V", pero sin mascaras. No somos anónimos y somos más.
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