16.10.06

*cebra


una cebra desparramada, rota:
rayas caídas al suelo del estacionamiento
los supermercados surten sus efectos
amortiguan la caída de las rayas
con los hilos que mis ojos tejen a la cebra
succionan finamente el espacio tiempo
y veo que ve la cebra desnuda de interrogaciones
la inmensidad de la playa de cemento hirviente
el medio día salvaje del súper multinacional
me miro las puntas de los pies, las zapatillas rotas
la puntera de goma rajada por los años o las caminatas
ojos de cebra que interrogan al hipopótamo que bosteza
la mueca inevitable de su rayado rostro, muda de preguntas
y le sonrío y le acomodo las crines, le acerco una o dos rayas
me muerdo un poquito el labio inferior y bostezo como la tarde
como el hipopótamo que también calla y otorga en el mismo playón
a la misma hora de la misma ciudad, y rasco la oreja equina
pero no le miro los dientes: papá dice que a caballo regalado no
y después suspiro mirando al cielo por no llorar
o porque el sol ciega y seca corazones poéticamente
y noto como a mí también se me empiezan a caer los lunares
uno a uno, y esta vez soy yo la que mira con ojos de bestia
a una mujer que se mira, la punta de las zapatillas rotas
desnuda de interrogaciones en la inmensidad de la playa
de cemento hirviente, las punteras de goma rajadas
y en un gesto de piedad no me mira los dientes,
pero me rasca la oreja, muda de preguntas,
por eso de que a caballo regalado...
mientras bosteza indulgente.

2 comentarios:

momo dijo...

Faltan cuatro sombras cruzando abbey road :P un saludo

Romina Berenice Canet dijo...

el caballo ardiendo dentro de la mujer que pregunta.
los dientes del caballo,
porfin
mirados.