24.11.06

conversaciones de salón I

tenía la clemencia de una vaca dispuesta a atacar questá contra el alambrado calculando la distancia entre su cabeza y esos frágiles huesitos.
dimitri era igual al pibe valderrama después de tres o cuatro formas de destrozarse la subjetividad. ella quería agarrarlo desprevenido y cortarle un rulito para ponerlo en su boca y tragarselo.
el pibe dimitri le explicaba la diferencia entre la física cuántica y la física que permitía a valeria tener ese culo tan hermoso. le miraba las piernas desnudas mientras ella coleccionaba maníes en la cerveza y pensaba en su naturaleza fragmentaria; en las polillas azules que se encandilan con los negros ojos de valeria; los mismos ojos que el cuadro colgado en la pared del comedor.
ella: la heredera de juliete vinoche, maestra de la ilusión. la que enciende conciencias contaminadas de tradición cristiana. cuidadora de plantas carnivoras come-pitos dorados. asesina a sueldo de empleados públicos y trabajadoras sociales contratadas por empresas prestadoras de salud o escuelas secundarias del conurbano.
chupa mate profesional, tímida aleatoria: mirando como el pibe dimitri era el mismo de la franja que culminaba su monólogo balanceandose en la silla, diciendo: yo antes de resignarme, me la cojo a tu novia.

18.11.06

pamplona


te digo que no es por ecologista geenpeace:
de paz tienen lo que yo de sana
y de verde lo que yo de morada...

pero que lindo ese toro negro:
estallando músculos por calles históricas
reventando gente, resvalando en adoquines,
destrozando puertas, buzones, ventanas
el color berbellón, casi puedo olerlo, te juro.

15.11.06

17

nene:
asi es como
este seis de octubre
dedujimos gracias al flaco
nuestro aniversario
listita alternativa
que olvidamos
todos los meses
sistemáticamente
listita estimativa
se vuelan hojas y ojos
el tiempo transcurrido:
nueve meses de tu tiempo
desde febrero hasta tu vida

6.11.06

el último


no me gusta eso de juntar
las palabras con la palita
y ponerlas bajo de la cama.
mirar la junta del techo y la pared:
preguntar cuánto más falta
para comprarse un tachito de verdad.

otro más


a las tres de la mañana desistí:
dejé el rimell y el labial en la almohada.