15.9.13

Queridos Maestros


Hay cosas que uno no sabe cómo tomarlas. Digo: enojarse, cagarse de risa, ignorar una situación. Por eso elijo hablarles a los que sí me importan.

No soy docente, pero me gustaría serlo. Entiendo el espacio educativo como uno de los más importantes para una sociedad. Cualquiera sea.


Humildemente me esfuerzo por no naturalizar "la escuela", ni de forma peyorizada, ni de forma sacralizada. Estudio mucho y trabajo mucho dentro y fuera de ellas para entender un poco mejor todo esto.


El día del maestro ya pasó; el día del maestro es todos los días -a riesgo de que suene frase pelotuda- pero es así. Y este spot emitido por Nación, no tiene que importarles a los docentes. Lo digo como alumna, lo digo como futura colega, lo digo como militante. Les tiene que importar tres carajos, porque es solo agresión mal dirigida.


Haya sido con la peor de las leches, o producto de la profunda ignorancia política y falta de lectura de la realidad social e histórica de nuestro país. No tiene ninguna importancia.


A veces hay que ser literal. Es importante no interpretar a veces, para que la violencia no nos reviente en la cara y acto seguido tengamos que engullirla sin que nadie nos pregunte si tenemos ganas o no de comernos esa mierda otra vez.

Así que Docentes:
- "No sean tan serios": caguense de risa de este gobierno que no los valora, subviertan el orden establecido, enseñenos que la impostura es la única posición políticamente correcta frente a tanto desagravio, tanta violencia.


- "No sean amargos" (ortivas, gatos, caretas): los alumnos no necesitamos que nos prometan que esto va a ser mejor si nos esforzamos y aprendemos más. Digan la verdad, que es lo único que dignifica realmente. Acuerdense de Fannon cuando explicaba que la única manera de cambiar algo es que el oprimido no se identifique al opresor: porque es a ese al que hay que hacer mierda.


- "Sueltense un poco más": no permitan que los burócratas sindicales los caguen con las paritarias NUNCA MÁS. ¡Sueltensé! Salgan todos en malón, rompan todo, convenzan al resto de la sociedad que se suelte también. Ustedes son los que más atención reciben de padres y alumnos (aunque no lo crean, todavía es así, aún en las peores situaciones: por algo son blanco de la violencia social).


- "No se animan a nada": ¿Qué les pasa? ¿Qué están esperando? Vayan por todo, ustedes son los que tienen el poder, ustedes son los que facilitan y generan subjetividades.


- "¡Mas alegría maestros!": nunca olviden la enseñanza de los colectivos de diversidad de géneros, que algo saben de la violencia institucional, de la marginalidad. Hay que ser felices, no hay nada que desoriente y debilite más al enemigo. La felicidad genuina es la herramienta privilegiada para afirmar identidades de lucha.

Nos vemos en las calles.

14.9.13

Maldigo, Liliana


Hay un límite muy claro para el dolor. No es único, cada cual tiene el suyo; perfectamente claro y absoluto.

Se puede cantar como llorando, pero no se puede llorar mientras se canta. El llanto anula al canto, ese límite real quien haya intentado pasarlo, sabrá de lo que hablo: es imposible. Este, para mí, es un disco incantable.

Liliana Herrero eligió interpretar un repertorio muy orgánico. En todo sentido del término. No hay un solo tema de más y no solo eso, sino que está balanceado: en el momento justo en que todo te arrastra hacia el abismo, aparece un espacio donde el corazón puede descansar sin zozobrar. Pero los remansos no mienten con promesas de “final feliz”, ni una sola vez.

Este disco es como esas experiencias oníricas copiosas, abultadas… que si alguna certeza deja desde el comienzo, es que no terminaran cuando uno despierte; confirmando una de las verdades más temidas quizás: que el sueño es parte de la realidad.

Es orgánico entonces por ser programático, estética y políticamente: letra y música son una posición clara y firme; una respuesta a la realidad argentina, profundamente herida de amores, niñeces mutiladas, hambre y falta de reconocimiento de dignidades. Es furiosa la propuesta, pero sabe recopilar la verdad histórica, esa que no necesita indignación ni fucks you para ser mejor escuchada.

También es orgánico porque sale de las mismas entrañas, el fondo básico que solo encuentro (reencuentro) en muy pocos artistas. Y mientras lo escucho por segunda vez, desde el CD en esta oportunidad, solo puedo pensar en Clarice Lispector y “La pasión según G.H.”, en Adriana Varejão con su “Historia desde los márgenes”… o en Pessoa, aunque la racionalidad masculinizante le ate el estilo.

Ese límite donde la voz se rompe y no puede ser más canto, y la palabra ya nada narra, o el sonido deja a la música para ser “cosa” simple, pero nunca “pura”. En ese límite exacto se para Liliana y arma, junto a sus músicos, esta casa de espejos, donde quien se atreva latinoamericano podrá mirarse.

Hay algo de aterrorizante en todo este disco. Y estoy evitando usar adjetivos que rodeen esta idea por no resultar del todo amables en general. Pero lo cierto es que pesadilla es una buena palabra para ilustrar lo que siento, y me gustaría que, al menos por esta vez, dejara de tener su carga negativa habitual. Porque en definitiva: lo monstruoso/ solo es aquello que/ se muestra grandiosamente.

Dulce Ma. Pallero
La Plata, 14 de septiembre de 2013.

2.9.13

declaraciones imperfectas




Prometí no quejarme más (por hoy). Y sé que quizás no cumpla. Pero te amo tanto que quiero ser mejor: entonces prometí. Porque de eso se tratan las promesas… o al menos algunas como esta: desear cumplirlas; y no tanto cometer lo declarado.
Porque si no se anhela ser más querible para el otro - que no es cualquiera-, de qué sirve. No hay que resignarse a conseguir ser un poco más parecida a la belleza de esa risa tuya que rebota como gotitas de agua al sol en los azulejos del patio, cuando hace calor y las ventanas de toda la casa están abiertas… como tus ojos cuando me miran.
Prometí no quejarme más (por hoy) y quizás el tiempo esté a mi favor, y pueda yo cumplir esta promesa… tantas horas no le quedan al día. En una de esas cuando me acueste a tu lado esta noche, esté un poco más bonita que ayer.